jueves, 29 de marzo de 2007

De mudanza...

Hola a todos... a los que me conoceis y a los que no, a los que acabareis conociendome gracias a este blog, y a los que no... A los que pasarán de largo al ver todas las tonterías que acabaré escribiendo aquí, y a los que de vez en cuando, por simple curiosidad, me visitarán... en fin... hola a todos.

Bueno, empezamos un nuevo blog. Por cosas que pasan en la vida, he matado a mi antiguo blog (el space del messenger) y he querido empezar otro, este que estais leyendo aquí. Pero ¿sabeis qué? Que en el otro blog ya escribí algunas cositas que quiero pasar a este, así que poquito a poco las voy a ir pasando. Las iré pasando con su fecha original, con la fecha del día en que las escribí por primera vez (o al menos intentaré hacerlo). Empezaré con una simple mudanza, pero espero poder decorar este blog a mi gusto, con mis cosas, a mi estilo... como haría "alguien como yo"...

No me voy a describir... Solo soy una persona normal, con sus cosas... cosas que iré escribiendo aquí, y que seguro que al que quiera conocerme le ayudarán a hacerse una idea de mí... Y sino, es fácil preguntar ¿verdad? Un beso y un abrazo a todos...


Alberto

jueves, 15 de marzo de 2007

Anatomia de Grey

Sinceramente, nunca me llamó la atención esta serie. Yo sabía que "Anatomía de Grey" era una serie de médicos que daban en "Cuatro" y poco más. Pero un día, me dió por abrir el eMule y bajarmela. Si la gente decía que estaba muy bien, por algo sería, ¿no? Llevo vistos 8 capítulos, y es una pedazo de serie. Me encanta. Me encanta cuando Meredith Grey empieza el capítulo hablando de un tema en "voz en off" y lo acaba haciendo lo mismo... Y todo con frases super bonitas, con las palabras justas, ni más ni menos... Voy a poner un resumen del último capítulo que he visto, "Sálvame". Será difícil poner en situación a quién no haya visto nada de esta serie... pero lo intentaré, jeje! Meredith Grey es la protagonista y la interna de cirurgia de un hospital, está prácticas vaya. Derek Shepher es un neurocirujano adjunto del mismo hospital. En el primer capítulo de la serie, al empezar, se ve como ellos han pasado la noche juntos... pero no saben nada el uno del otro, y menos... a qué se dedican. Al día siguiente, Meredith Grey va a su primer día como interna... y bueno... sin esperarlo, se encuentra con Derek Shepherd.

En los primeros capítulos, hay un tira y afloja entre los dos. Él quiere algo con ella, pero ella no con él. No ve bien el tener una relación con un jefe suyo, y solo se acuestan de vez en cuando. Pero en este capítulo, empiezan a salir, empiezan a estar juntos de verdad. Este capítulo, sinceramente, para mí es lo mejor que ha pasado por la tele en los últimos tiempos... Aiiiix, es que me ha encantado, me ha emocionado y todo...

Este capítulo, empieza cuando Meredith y Derek se levantan de la cama, después de haber pasado la noche juntos, para ir al trabajo. Y ella, se queja de que no sabe nada de él, a pesar de tener una "relación" en común, y eso la molesta. Más tarde, en los pasillos del hospital... tienen esta conversación:

Meredith Grey: Es que no sé casi nada de ti...!
Derek Shepherd: Soy de Nueva York y me encantan los ferris.
Meredith Grey: ¡Deja en paz los ferris!, ¿y tus amigos?
Derek Shepherd: Soy cirujano, no tengo de eso.
Meredith Grey: Todo el mundo tiene amigos. ¿Con quién te desahogas? ¿qué haces en tus días libres? Son cosas importantes.
Derek Shepherd: ¿Importantes para quién?
Meredith Grey: Nos acostamos juntos, quiero saber algunas cosas.
Derek Shepherd: Sabes más que nadie...
Meredith Grey: Ves! Tu comportamiento es extraño. Quiero datos y si no me los das no me acostaré contigo.
Derek Shepherd: ¿Por qué no lo dejas correr? Sé flexible... a ver que pasa.
Meredith Grey: No soy flexible.
Derek Shepherd: Jajaja! Que equivocada estás. Me llaman. Ve descubriéndolo, es lo divertido. Como un juego.
Meredith Grey: ¡A eso me refería. No quiero ser tu juguete!

Y bueno... Después de un capítulo de 40 minutos... donde pasan cosas muy bonitas. Me encanta el papel del "adivino" y cuando este le dice a Izzie: "Debes poner una cucharada de extracto de coco...". Pero sobretodo, el "discurso" de Meredith Grey en "voz en off" durante todo el capítulo, que yo lo he juntado todo, y lo he escrito aquí:

¿Recuerdas cuando eras pequeña y creías en los cuentos de hadas? Fantaseabas en como sería tu vida. Con un vestido blanco, y tu príncipe azul llevándote a su castillo sobre las colinas. Por la noche, te echabas en la cama, cerrabas los ojos y te abandonabas a tu fe. Santa Claus, el Ratoncito Pérez, el Príncipe Azul... estaban tan cerca que los saboreabas. Pero vas creciendo y un día abres los ojos y los cuentos de hadas han volado. La mayoría de la gente acude a aquellos en quienes confia. La cuestión es que es difícil dejar que los cuentos de hadas desaparezcan. A casi todo el mundo le queda una mínima esperanza de que algún día abrirá los ojos y verá que se han hecho realidad. Cuando el día llega a su fin, la fe es un misterio. Aparece cuando menos te lo esperas. Es como si un día te dieras cuenta de que los cuentos no son exactamente como habías soñado. El castillo, puede que no sea un castillo. No es tan importante eso de ser felices para siempre, basta con ser felices en el momento... A veces, muy de vez en cuando, la gente puede darte una grata sorpresa... (y falta una frase genial, que la pongo al final...)

Al final del capítulo, se ve como Derek Sheperd y Meredith Grey se suben en el coche de él. Van a una especie de campo, de jardín muy grande (he puesto fotos)... Y pasa esto:

Meredith Grey: ¿Dónde estamos?
Derek Sheperd: Shhhh, ten paciencia... Muy bien. El apellido de mi madre es Malone. Tengo cuatro hermanas, nueve sobrinas y cinco sobrinos. Me gusta el helado de café, el whisky de Malta y a veces un puro y pescar. Miro la solución del crucigrama y nunca bailo en público. Mmm, mi novela es "Fiesta" y mi grupo "The Class". Me gusta el azul, no el claro, el indi. Esta cicatriz es la causa de que ya no monte en moto. Y vivo en una caravana. Este terreno es mío, y no sé que haré con él. Ya está, es lo que te has ganado... en cuanto al resto... deberás tener fe.

Y entonces, Meredith Gray de voz en off, mientras los dos se acercan a la caravana, con una canción preciosa de fondo, y como fin de capítulo... dice: "De vez en cuando, la gente te deja sin respiración."







lunes, 5 de marzo de 2007

Las tres verdades....

PRIMERA VERDAD:

1. "Lo que es, es."

La realidad no es como a mí me convendría que fuera.
No es como debería ser.
No es como me dijeron que iba a ser.
No es como fue.
No es como será mañana.
La realidad es como es.

El cambio sólo puede producirse cuando somos conscientes de la situación presente. ¿Cómo podríamos diagramar nuestra ruta a Nueva York, por ejemplo, sin saber en qué punto del Universo nos encontramos? El camino solo se inicia desde el punto de partida, y esto es aceptar que las cosas son como son.

2. "Yo soy quien soy."

Yo no soy quien quisiera ser.
No soy el que debería ser.
No soy el que mi mamá quería que fuese.
Ni siquiera soy el que fui.
Yo soy quien soy.

3. "Tú eres quien eres."

Tú no eres quien yo necesito que seas.
Tú no eres el que fuiste.
Tú no eres como a mí me conviene.
Tú no eres como yo quiero.
Tú eres como eres.

Esta "primera verdad" es el principio (en sus dos sentidos, de primero y de primordial) de toda relación adulta. Se materializa cuando yo te acepto como tú eres y percibo que tú también me aceptas como yo soy.

SEGUNDA VERDAD:

"Nada que sea bueno es gratis"

Si deseo algo que es bueno para mí, debería saber que voy a pagar un precio por ello. Por supuesto, ese pago no siempre es en dinero (si fuera sólo dinero, !sería tan fácil!). Este precio es a veces alto y otras muy pequeño, pero siempre existe. Porque nada que sea bueno es gratis.

Si algo recibo de fuera, si algo bueno me está pasando, si vivo situaciones de placer y de goce es porque me las he ganado. He pagado por ellas, me las merezco.

TERCERA VERDAD:

"Nunca hacer lo que no quiero"

Vivir coherentemente con esta idea, no es fácil. Y sobre todo no es gratis. Lo máximo que puede pasarme, en todo caso, es que el precio sea mi vida. Sin embargo, en lo cotidiano, en el pasar de todos los días, los precios son mucho más bajos. En general, lo único que es necesario es incorporar la capacidad de renunciar a que algunos de los demás me aprueben, me aplaudan, me quieran.



viernes, 2 de marzo de 2007

Solo por amor...

Camino por mi camino.
Mi camino es una ruta con un solo carril: el mío.
A mi izquierda, un muro eterno separa mi camino del camino de alguien que transita a mi lado, al otro lado del muro.
De vez en cuando, en este muro encuentro un agujero, una ventana, una hendidura... Y puedo mirar hacia el camino de mi vecino o vecina.
Un día, mientras camino, me parece ver, al otro lado del muro, una figura que transita a mi ritmo, en mi misma dirección.
Miro esa figura: es una mujer. Es hermosa.
Ella también me ve. Me mira.
La vuelvo a mirar.
Le sonrío... Me sonríe.
Un momento después, ella sigue su camino y yo apuro el paso porque espero ansiosamente otra oportunidad para cruzarme con esa mujer.
En la ventana me detengo un minuto.
Cuando ella llega, nos miramos a través de la ventana.
Le digo con señas lo mucho que me gusta.
Me contesta con señas. No sé si significan lo mismo que las mías, pero intuyo que ella entiende lo que quiero decirle.
Siento que me quedaría un largo rato mirándola y dejándome mirar, pero sé que mi camino continúa...
Me digo que, quizá, más adelante en el camino habrá seguramente una puerta. Y a lo mejor yo puedo cruzarla para encontrarme con ella.
Nada da más certeza que el deseo, así que me apuro apara encontrar la puerta que imagino.
Empiezo a correr con la vista clavada en el muro.
Un poco más adelante, la puerta aparece.
Allí está, al otro lado, mi ahora deseada y amada compañera. Esperando... Esperándome...
Le hago un gesto. Ella me devuelve un beso en el aire.
Me hace una seña como llamándome. Es todo lo que necesito. Avanzo contra la puerta para reunirme con ella, a su lado del muro.
La puerta es muy estrecha. Paso una mano, paso el hombro, hundo un poco el estómago, me retuerzo un poquito sobre mí mismo, casi consigo pasar mi cabeza...
Pero mi oreja derecha se queda atascada.
Empujo.
No hay forma. No pasa.
Y no puedo usar mi mano para retorcela, porque no podría poner ni un dedo allí...
No hay espacio suficiente para pasar con mi oreja, así que tomo una decisión... (Porque mi amada está allí, y me espera).
(Porque es la mujer con la que siempre soñé y me está llamando...)
Saco una navaja de mi bolsillo y, de un solo tajo rápido, me atrevo a darme un corte en la oreja para que mi cabeza pase por la puerta.
Y lo consigo: mi cabeza consigue pasar.
Pero, después de mi cabeza, veo que es mi hombro el que queda atrapado.
La puerta no tiene la forma de mi cuerpo.
Hago fuerza, pero no hay remedio. Mi mano y mi cuerpo han pasado, pero mi otro hombro y mi otro brazo no pasan...
Ya nada me importa, así que...
Retrocedo, y sin pensar en las consecuencias, tomo impulso y fuerzo mi paso por la puerta.
Al hacerlo, el golpe desarticula mi hombro y el brazo queda colgado, como sin vida. Pero ahora, afortunadamente, en una posición tal que puedo atravesar la puerta...
Ya casi estoy al otro lado.
Justo cuando estoy a punto de terminar de pasar por la hendidura, me doy cuenta de que mi pie derecho se ha quedado enganchado al otro lado.
Por mucho que me esfuerzo yme esfuerzo, no consigo pasar.
No hay forma. La puerta es demasiado angosta para que mi cuerpo entero pase por ella.
Demasiado angosta: no pasan mis dos pies...
No lo dudo. Estoy ya casi al alcance de mi amada.
No puedo echarme atrás... Así que, agarro el hacha y, apretando los dientes, doy el golpe y desprendo la pierna.
Ensangrentado, a saltos, apoyado en el hacha y con el brazo desarticulado, con una oreja y una pierna menos, me encuentro con mi amada.
-Aquí estoy. Por fin he pasado. Me miraste, te miré, me enamoré. He pagado todos los precios por ti. Todo vale en la guerra y en el amor. No importan los sacrificios. Valían la pena si eran para encontrarse contigo, para poder seguir juntos... Juntos para siempre...

Ella me mira mientras se le escapa una mueca.
-Así no, así no quiero... A mí me gustabas cuando estabas entero.

Jorge Bucay