jueves, 13 de abril de 2006

Como un ángel... mi ángel...

Hoy en TVE1, bastante tarde, han dado la película de "El hijo de la novia". Aiiiix, que peliculón, es una de mis favoritas. Para quien no la haya visto, os cuento un poquito por encima de que va. Trata de una abuelita, Norma, que tiene Alzheimer, y bueno, ya sabeis lo que esto conlleva. Norma está casada con Nino, el cual no pasa un día sin ir a visitarla a la residencia donde ella está. Años atrás, Norma quería casarse por la iglesia, pero Nino no tenía la misma intención, pensaba que eso eran tonterías y que para quererse no hacía falta casarse. Pero ahora que dentro de poco será el cumpleaños de Norma, Nino quiere darle una sorpresa: pedirle matrimonio y casarse por la iglesia. Todo el mundo pone el grito en el cielo, en especial su hijo Rafael. Rafael es una persona que vive para trabajar. Desde que Norma y Nino dejaron el restaurante, él se hizo cargo de el, y cada día es un problema y un motivo para estresarse y no prestar atención a su mujer (de la cual se separó), ni a su hija ni a su actual novia. Todo cambia cuando Rafael sufre un infarto...

Os pongo lo que Nino, el padre de Rafael, dice cuando este le comenta que quiere vender el restaurante de la família. Es un trocito que me llegué a aprender de memoria, es tan... genial. La manera de decirlo, la música de fondo, lo que dice... TODO. Hoy al verlo, no sé... he descubierto que ya no me lo sabía de memoria, que lo he perdido... y eso no puede ser... Así que me he grabado el cachito este en el ordenador, y lo he escrito para de esta manera no perderlo nunca más... Aquí está...


"En verdad yo este restaurante lo empecé con Norma. Yo cocinaba y ella atendía, era una cuestión de dos. Me acuerdo que siempre discutíamos del porqué de la gente. Ella decía que por la cocina y yo decía que por su atención. Es que Norma era una cosa… ella sí que era la especialidad de la casa. Con esa sonrisa que tenía... !que cartel luminoso! Imagínate, entraba la gente y bum!, se encontraba con esa pintura. Y ahí es donde aparecía la Norma verdadera, más alegre, más luminosa. Y claro, se pensaban que habían entrado... que sé yo, al paraíso por lo menos. Entonces ella les pedía que la siguieran, que los iba a llevar a la mejor mesa, eso se lo decía a todo el mundo, y todos se lo creían, porque si ella te llevaba... era la mejor mesa. Te hacia sentir como si fueras único. Con Francesco nos reíamos porque cada vez que iba a la cocina, todos: mujeres, niños, hombres... todos, se quedaban como embobados mirándola. No sabían si seguían en la Tierra, si era un fantasma… tenían miedo de que no volviera. Y ahí, los volvía a sorprender, anotándolo todo ahí, mira, junto a la caja, paradita como por arte de magia, como un ángel... mi ángel."


Buuuuueno, pues me voy a ir la camita ya, que son las 4 de la mañana y mañana me tengo que levantar a las 9! MUUUUACK!



miércoles, 12 de abril de 2006

En el fondo de sus ojos...

Os escribo un trocito del libro "El alquimista" de Paulo Coelho. Es un "cuento" de poco más de una página que el autor usó como prólogo de su libro. Cambio y quito algunas cosillas...

Narciso era un hermoso joven que todos los días iba a contemplar su propia belleza en un lago. Estaba tan fascinado consigo mismo que un día se cayó dentro del lago y se murió ahogado. Cuando Narciso murió, llegaron las Oréades (diosas del bosque) y vieron el lago transformado, de un lago de agua dulce que era, en un cántaro de lágrimas saladas.
-¿Por qué lloras? -le preguntaron las Oréades. -Lloro por Narciso -repuso el lago. -Ah!, no nos asombra que llores por Narciso! -prosiguieron ellas-. Al fin y al cabo, a pesar de que nosotras siempre corríamos tras él por el bosque, tú eras el único que tenía la oportunidad de contemplar de cerca su belleza. -¿Pero Narciso era bello? -preguntó el lago. -¿Quién si no tú podría saberlo? -respondieron, sorprendidas, las Oréades-. En definitiva, era en tus márgenes donde él se inclinaba para contemplarse todos los días. El lago permaneció en silencio unos instantes. Finalmente dijo: -Yo lloro por Narciso, pero nunca me di cuenta de que Narciso fuera bello. "Lloro por Narciso porque cada vez que él se inclinaba sobre mi orilla yo podía ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propia belleza."

Bueno... la verdad es que da mucho que pensar este trocito de libro, ¿verdad? Que cada uno saque sus propias conclusiones y su propia verdad en esta pequeña historia...



martes, 11 de abril de 2006

Lo siento siempre te amaré...

Solo os pongo la foto que tenía en la firma un chico de un foro... Me impactó tanto cuando la vi, no sé... Impresiona mucho. No la voy a comentar ni nada, ella habla por si sola...



sábado, 1 de abril de 2006

Dios vuelve en una Harley...

Dios vuelve en una Harley... Vaya libro, vaya historia! Se podría decir que es mi libro favorito, por encima de todos. Os dejo los párrafos finales, las últimas dos páginas de este libro. Es de esos finales que mientras lo lees se te va poniendo los pelos de punta poco a poco y empieza a subirte un escalofrío por el estómago. Y al leer la última frase, la última palabra, la última letra... Solo puedes decir: UUUUFFFF...

Frenamos ante un semáforo y Jim se volvió a mirarme por encima del hombro con una sonrisa. Le devolví la sonrisa y toqué la cadena de plata que asomaba por la parte posterior de su cuello. Tiré de la gruesa medalla de plata de ley para que diera la vuelta hasta la espalda y poder examinarla. La medalla pesaba más de lo que aparentaba y me pareció que irradiaba una sutil calidez cuando la sostuve en la palma de la mano, al resplandor rojo de la luz del semáforo. Lo que descubrí entonces me dejó atónita.
En realidad se trataba de dos medallas, puestas la una sobre la otra y cortadas en forma de láminas, o mejor dicho, de tablillas como las que Joe me había dado al comenzar la noche. Me quedé con la boca abierta, con antelación, frente a lo que ya sabía que iba a encontrar inscrito en ellas. No me cabía la menor duda de que se trataba de una lista de mandamientos personalizados, ocho en total, grabados en la impecable superficie de plata. Al principio me sentí un poco celosa y estafada -a mí sólo me habían dado seis-, pero después deduje que Jim Ma Guire debería de tener más cosas que aprender que yo, simplemente. Tengo la extravangante costumbre de empezar los libros por el párrafo final antes de leer el comienzo, así que, automáticamente, los ojos se me fueron al último mandamiento inscrito en la medalla. 8. Ten paciencia y confía en que la encontrarás, pero sólo cuando ella esté preparada. Alcé la vista, atemorizada ante la magnitud de las certezas que me estaban embargando. El semáforo se había puesto verde pero Jim Ma Guire no parecía dirigirse a ningún lugar en ese momento. Volvío la cabeza hacia mí y vi que incluso a la sombra del casco sus ojos brillaban expresando una calidez y una dicha increíbles. -¿Preparada? -preguntó con dulzura. -Preparada -susurré, sabiendo que nunca me había sentido tan segura de algo en toda mi vida.

Es un final increible. Hace justo una semanita me compré la segunda parte, y bueno... ahora que ya he leido cuatro capítulos, me he dado cuenta de que ha empezado de una manera un poco tristona... Pero estoy seguro que tendrá un buen final... segurísimo.